2/24/2006

Sientes miedo, ¿verdad pequeño? No importa, voy a mostrarte algo. Vamos juntos. Yo abro la puerta, tú miras el espejo. Somos la misma parte del complejo simétrico de nuestra diferencia. Un extraño yinyan.

Tus lágrimas son mi sangre, mi sangre tus dudas, tus dudas mis deudas, mis deudas nuestros pecados. El horizonte inalcanzable del futuro aguarda nuestra llegada heroica, nuestro logro final, un futuro que nos aguarda porque sabe que nunca llegaremos.

Acércate, acércate un poco más nos indica el espejo. El espejo quiere que vayamos. Acércate tú, a mí me da miedo, vayamos mejor de la mano. Tienes razón, compartamos mejor nuestra cobardía, cobardes enteros, valientes a medias. Tan solo es un matiz.

Oye, ¿qué ves? No sé, solo es cristal. Yo veo algo... ¿No crees que está emergiendo algo de ahí? A qué te refieres... Es que... Bueno, olvídalo pero parecía que la superficie de cristal estaba convirtiéndose en algo líquido.

Sí, yo eso lo he visto. ¿Has visto algo más? Sí, creo que he visto algo más. ¿Y qué había? Nada, no había absolutamente nada. ¿Y algo más? He oído mi propio llanto, después he escuchado cómo caías desangrado.

Quieres decir que ya estamos muertos, o que vamos a morir, ¿no? No, quiero decir que el espejo nos ha revelado que nunca existimos. Quieres decir que nunca estuvimos vivos, ¿verdad? No, quiero decir que nunca existimos.

Ya veo, ni siquiera un recuerdo. Peor, ni siquiera el olvido.

No hay comentarios: