1/28/2006

Ciégame... Vamos, no lo dudes. ¡Hazlo! Venda mi mirada sin taparme los ojos. Recorre mi sangre, enardece mis sentidos, hazme enloquecer. Haz que se evapore la hemoglobina de mis venas, que se dilaten mis músculos, que mis huesos se fundan.

No me hagas reparar en culpabilidades absurdas, en egocentrismos baratos, ahora me entrego a ti en compromiso eterno. No me guardes rencor, no te dejes guiar por las veces que te abandoné. Quiero que seas mía, solo mía... Del mismo modo en el que yo seré solo para ti.

Te entrego mi alma desnuda para que domines mi cuerpo, mi humanidad patética, mi odio reprimido. Joder, qué coño pasa... No quiero explicaciones, zorra, quiero que me poseas. Quiero ser la extensión terrenal de tu poder en esta puta Tierra.

Vamos, ven a mí... Estoy buscándote... Veo que sonríes, estás jugando conmigo, moldeas mi ira a tu antojo.. Solo soy tu marioneta y eso te gusta... Yo lo acepto... Poséeme, vamos... Me regalo a ti en mudo compromiso.

Escribo en sangre... Rabia, desvirga mi moral de una puta vez.

1/27/2006

Eh, eh... Sí, vosotros... Cabrones, a dónde ibáis... Os he visto trepando por la pared, rodeando mi vergüenza con saliva de odio. Malditos traidores. Judas camuflados de silencio; declaraciones sin remite, pecados sin pecador.

Queríais apuñalar mi corazón por la espalda, como al César su propio hijo, yo que os alimenté, os di vida y cobijo y así me lo pagáis... Cuervos, eso sois, odiosas aves de rapiña. Queriendo huir no sin antes humillarme.

Me he dado cuenta a tiempo, pero no puedo evitarlo. Sois el hijo pródigo, el asesino perdonado por su arrepentimiento, el Caín autocondenado y saciado de penitencia. Las nubes pasan rápido y me dicen que os tire al aire, que ellas os cogerán y os fundirán con lluvia transparente y os repartirán por igual. Cubriendo mi piel, llenando los vasos vacíos de esperanza.

Una lluvia roja, sangrienta de esarlata en un atardecer carmesí de verano enloquecido. De primavera extasiada y otoño de resaca; de invierno jamaroso. Se me ha roto el cerebro en dos. Se me separan los hemisferios, se subdividen pero no duele.

Tú me abandonas... Espérate, cabrón, que no soy rencoroso pero tengo muy buena memoria. Y vosotros, no sigáis reptando por mi alma, que a cada paso que dáis me arrancáis la piel de la memoria, robándome recuerdos, haciendo heridas en el espíritu.

Silencio me abandona, y los secretos se ríen de mí. Cuervos odiosos, aves de rapiña.

1/26/2006

A saber qué le respondo al sol si me ve con esta sonrisa. Y qué le dirá a la luna cuando se acabe su día de trabajo. A saber, porque no sé y no quiero saberlo. Puede que me esté siendo infiel pero este éxtasis no se compra ni se vende. Ni tampoco se regala, viene a ti y de sorpresa.

Qué emoción, Dios mío... Qué emoción. No sé qué pasa, pero mi espíritu rebota contra los huesos de mi cuerpo, noto que hasta la hemoglobina se ha alterado. Mis venas no pueden más. Qué clase de euforia es esta... Que me llena la boca de aire pero no me apetece gritar.

Solo reír, reír por qué o de qué. ¿De quién? De mí, puede ser. Ahora mismo me parece todo tan sencillo, tan sin más tan sin menos. Si da igual, si no quiero nada más que verte por aquí o verme por allí, deslizando mi piel contra el roce del aire en mi carne azul reflejada de cielo.

Me tiene el alma hambriento de atardecer, de renacer, de ansia de Fénix o de sueño interrumpido. Con extraño afán de reanudar el punto en el que nos despertamos... Con avaricia y ganas de volver a soñarlo para tenerlo más cerca y acariciar la felicidad en los prados de Morfeo.

Todo parece un sueño, ahora mismo puede que hasta lo sea. Con el horizonte maquilladito de gris lejanía y azul confuso, vestido con mudas de horizonte y perfume a destino inalcanzable. Ribeteado de pájaros negros empequeñecidos por la limitación de la vista del hombre.

Está en su sitio el mundo, pues, ya que los edificios no se estiran contra el viento, ni quieren arañar al sol ni asustarme. Se quedan donde están, por lo visto ahora mismo el mundo está en su sitio.

El suelo no tiembla, parece firme y yo siento que veo las formas del aire, el color de mi entusiasmo y noto la magia flotar por dentro de mi cabeza y deseo. Y deseo no parar nunca, porque veo que vuelo y vuelo donde quiero, donde más lejos, donde no haga falta explicar nada. Y nada quiero necesitar para no echaros en falta, y me falta un no sé qué de qué que la veo tan sublime y por eso le escribo cartas todas las noches y la llamo tristeza.

Y tristeza está hoy triste porque me ve alegre, y alegres celos los suyos que me interrogan de dónde vengo, que qué he hecho y que ya le lloraré después pero... Ahora mismo solo puedo dedicarle una sonrisa.

1/24/2006

¿Y esta fatiga? ¿A qué se debe esta fatiga? La apatía interna, la respuesta incierta. Del misterio que nos une, del por qué de querer saberlo. A qué viene esta pregunta... !A qué se debe esta fatiga¡. ¿Magia o trastorno? Mejor lo dejo en mágica psicopatía.

1/23/2006

Absurdo, o tal vez irónico, como la libertad del fugitivo. Tan contradictorio como el recuerdo del olvido, o el cansancio de no hacer nada. Presa de la magnificencia de Mogwai, de los acordes precedentes al silencio en el que habré de reflexionar, o tal vez no.

Arrastrando las nubes de esta mañana sobre mi espalda, camuflando el sol amarillo por debajo de mis ojos, en mis pupilas negras. Egoístamente acaparo el calor vital de mi sangre, no quiero derramarla, al menos no hoy, no me da la gana.

Extasiado por esta melodía arcana, por los secretos que esconden las paredes de mi cuarto y la almohada de mi cama, me limito a intentar no pensar en nada. Ni si quiera en si soñaré o qué he soñado. Suspirando, en calma, comiendo, mecánicamente, los frutos secos de una bolsita envasada al vacío, escribiendo mis dudas y la tranquilidad que ahora me embarga.

Estoy conmigo, cierro los ojos y un vaivén extraño me zarandea. Desde dentro de mi cabeza y de repente noto livianas mis piernas desde mi cadera hasta los tobillos. Las manos se mueven lenta y delicadamente, tonteando con el aire que las envuelve mágicamente, casi en un ritual.

Da lo mismo que busque un buen final para esto, no existe cuando hablas del presente.

1/21/2006

Me duelen los huevos de recordarte y el corazón me aqueja por derramar el alma sobre las sábanas. Harto de cansancio el cuerpo, comido por esta enfermedad mortal. Desnudo, sobre la silla, escribo al ébano del cielo.

Reptando por tu olor a olvido y el sabor a soledad que me dejas en el paladar con tu lengua. La saliva pálida de sinsabores y el techo blanco de miradas perdidas, de pupilas viendo atrás en el recuerdo.

Qué magnífica canción, qué tremenda explosión bajo tus caderas. Déjame anda, déjame dormirme entre tus piernas para soñar con mi engaño, si no sé por qué seguir y no tengo por qué parar. Se me llena la nariz del recuerdo a verano, con ese perfume infiltrado de noche primaveral.

Déjame dormir entre tus ojos, no quiero volver a despertar.

"LAS PERSONAS QUE SON INVITADAS A ESCRIBIR UN MENSAJE EN SU RESPECTIVO BLOG EXPLICANDO SUS CINCO EXTRAÑOS HÁBITOS. DESPUÉS DEBEIS ESCOGER 5 NUEVAS PERSONAS Y AÑADIR EL LINK DE SU BLOG. NO OLVIDEIS UN COMENTARIO EN SU BLOG DICIENDO "HAS SIDO ELEGIDO" Y LE DICES QUE LEAN EL VUESTRO"


Mis hábitos, manías o como se quiera llamar:

1- Antes de dormir, siempre, compruebo unas veinticinco veces si el móvil está bloqueado. Aunque recuerde haberlo hecho, enciendo la luz y lo vuelvo a comprobar. Me pasa igual que con la puerta de casa.

2- Si hace cinco minutos que he meado, antes de ir a sobar, en el momento de dormirme me pongo a pensar sobre si habré meado ya o no... Y aunque sea que sí, vuelvo al váter porque se generan unas ganas de miccionar que suelen ser falsas y cuyo objetivo parece el de hacerme levantar.

3- Siempre que me ducho cojo agua con la boca y la escupo a modo de fuentecilla (qué, algún problema?)

4- Siempre que es de noche miro, al menos una vez, la Luna y pienso lo preciosa que es.

5- Cuando voy por la calle palpo mis bolsillos tres veces cada uno para asegurarme de que llevo la cartera, el móvil y las llaves. Esto lo repito al menos quince veces desde que salgo de casa hasta que vuelvo. El período de realización es variable.

Los elegidos para hacer esto en su blog, son:

Alioli; Slesnor; Juankar; Astrolabio; Coco.

Lamento muchísimo si meto a gente que no conozco, pero decidme de dónde sacaba yo si no cinco blogs de gente que conociera... Venga, rulando que es gerundio.

1/19/2006

Me ahoga en silencio la culpabilidad ingrata que habita en mí, junto con tu pasado. El recuerdo amargo me divide; la locura me tienta, flirtea conmigo y me ofrece a la rabia. Negociando un trato entre la ética y mi libertad; para deshacerme de la idea que me convence de que yo fui culpa y causa. Cualquier interrupción es una distracción para el descanso que ansío.

Mi estómago paga el precio de la angustia ciega, en blanco, de memoria perdida; embarrada de fango y estiércol, de mierda, de rencor. La fuerza del secreto callado para no dañarte puja contra mis entrañas para salir; no quiero herirte pero estoy muriendo en consecuencia.

Te odio, joder... La vergüenza de pensarte en el clamor del abandono y la comodidad de culpar y lavarte las manos en vómitos de alcohol y lágrimas de desamor. No puedo preguntarlo y al no hacerlo me duele el corazón. Elegiste un camino por el que me dejé arrastrar, me cago en mi puta cobardía.

Reclamo a la rabia, al llanto salvaje, a la locura, al odio, al valor, me requiero a cada instante, deseo reventar el mundo y volver a llorar, y a gritar solo del todo, de nuevo, desde el aislamiento profundo, al vacío del olvido y la plenitud de la nada.

Vomitar en sangre coágulos de ira, de venganza, del autoestima demacrada en mis conjuntos, de la calavera fibrosa y carcomida de mi incomprensión e incapacidad. Porque deseo caminar hacia ningún lugar, sin explicación alguna ni destino u objetivo. Sin más meta que viajar hacia mí mismo y olvidar que fui cerebero para concentrarme en corazón.

Ya se ahonda mi pecho en suspiros, estoy fatigado de impotencia y me dule la boca de apretar los dientes contra ellos mismos; y los ojos entornados hacia adentro pero con la mirada hacia afuera, igual que el miedo, invisible en lo ajeno.

No me quedan más náuseas y he agotado las arcadas, me tiembla el pulso, me vence una desazón inabordable muy parecida al alivio... No sé dónde me encuentro ahora mismo... Este es el momento perfecto para caminar hacia ningún lugar, hacia ningún destino.

1/17/2006

No hacía frío. Es más, hacía un calor insoportable. Apenas habrían pasado diez minutos desde que me hube duchado cuando de nuevo el sudor chorreaba por mi espalda.

Gota, a gota. A la par que la impaciencia. Teníamos prisa. Debería encontrarme con él por la noche, pero contra el tiempo no se puede hacer nada, así que tomé la decisión más inteligente que pude tomar. Preparé el agua fría y me desnudé.

Mi abdomen se mostraba firme, quizás había ganado algo más de volumen, quizás fuera que estaba hinchado de aire y estrés. A saber, soy un profesional, pero no precisamente de medicina.

Metí los pies en la bañera, el agua estaba jodidamente fría. Se me encogieron los huevos y se apretaron bien contra mi cuerpo para robar, casi de forma parasitaria, el calor de éste. Delicioso escalofrío. Me sumergí por completo, el sudor se diluyó en el agua de la bañera.

En un principio me pareció tentar demasiado a la suerte, pero como no era ni vampiro ni nada de eso raro, acabé cediendo a su voluntad y coloqué una ventana en el baño. Bien grande, casi panorámica. Fue curioso, pusimos la ventana y a los cuatro meses me abandonó... Quizás le deba lo que soy, quizás ahora soy lo que ella temía y por eso se alejó.

El sol anaranjado del prolongado atardecer estival comenzó a arañar el horizonte. Sangraba el cielo, como un oscuro presagio carmesí. Me hizo gracia la ironía.

Comencé a vestirme. Poco a poco, estaba fresca mi piel después del baño. Miré un reloj que encontré por el baño, un reloj que casualmente di por perdido haría no más de una semana. Qué curioso, a veces pienso que todo pasa por algo. Esta vez, concretamente, para darme cuenta de que ahora yo llegaba tarde.

Me vestí rápido, apurando. Deportivas, calcetines deportivos de algodón, pantalones por debajo de las rodillas y por encima de los tobillos, azules, y camiseta blanca, de algodón. Fui a ponerme gafas de sol, pero era de noche y me parecían un detalle tan jodidamente superfluo que las descarté al mismo tiempo que me reprochaba cómo puedo llegar a ser tan estúpido.

Cogí un taxi, un profesional jamás conduce coche, y menos el suyo, cuando tiene una cita. Cuántos listillos han pasado a ser humus por culpa de vanidad y ostentación. En fin, de todo debe haber. Si no hubiera sido por ellos, yo no tendría un ventanal de un metro cuadrado en mi cuarto de baño... Las presas fáciles también dan dinero.

Esta noche, sin embargo, todo era distinto. "A la calle de los sueños rotos"; "como quiera, señor, ¿qué tal le va todo?". Hay que joderse, hasta los taxistas conocían a qué pertenecía... Eso ayudaba a algo, a no preguntarme nada, a no intentar intimar, a que se limitasen a contestar si alguno de nosotros, yo en este caso, preguntaba. La ambición de muchos de estos conductores los llevaba directos a la tumba, con un original epitafio en el que se leía "por la boca muere el pez; no hables si no se te pregunta". ¿Macabro? Órdenes de arriba.

Me dejó donde debía, cuatro calles y media antes del destino oficial. Olía de maravilla, delicioso. Exquisita noche de verano. Se veían acarameladas parejas, veía yo en ellas algo de mí que apenas recuerdo... Cuando ella era mi princesa y yo su fiel vasallo dispuesto a mover cielo y tierra por ella... Dulces amantes que paseaban a la luz de una luna tímida y resentida, deseosa de invierno y protagonismo.

Oí los pasos, llegué antes. Me ponía nervioso eso de llegar antes... Me daba por el culo, primero porque la puntualidad es sagrada, segundo, si alguien ha de ser impuntual prefiero serlo yo.. Así sé que no soy un blanco estático al menos... Manías, supongo.. Instinto, quizás.

Ahí lo vi venir. Tranquilo, orgulloso e ingenuo. Maldito estúpido.. ¿Acaso pensó que me iba a tocar los huevos? Esto era algo personal, no sé si lo sospechó.. Pienso que no, si no... Ahora seguiría con esa sonrisa de chulo que le marcaba la cara.

"Buenas noches, R" me dijo, el cabrón, con un tono de colegueo que, aún hoy, me rechina en los oídos. Será posible, aun en el más antiético y amoral de los trabajos hay gente que se recrea en esto.. Fanáticos absurdos que desde pequeños vieron a los gángsteres del cine y quisieron ser como ellos. Eso los perdía, tener esos ídolos sobados y deformados por un patrón social que tiende hacia la "justicia" legislativa.

"Llevas todo, ¿verdad, R? No nos podemos permitir fallar." "Oye, D, tú nunca me tomarías por tonto, ¿verdad?" Apuntillé sutilmente, dejando entrever mis intenciones, era de esperar que intentara convencerme. "Ehhh, estooo... R, claro que no, tío! A qué viene eso?" Se condenó él mismo. "Vale, eso espero, D, no quisiera equivocarme. Ahora, camina." "Pero..." Intentó enternecerme. Se puso por delante de mí, paso a paso, lentamente. Dudó cuando escuchó que colocaba el silenciador, pero sabía que no había marcha atrás... Era su puta culpa, yo no tenía nada contra él.

Como estaba estipulado, al tercer paso apreté el gatillo. A escasos cinco centímetros de su perfumada cabezota. En su cráneo calvo se oía socarrarse la carne y la piel. Negro y rojo. Cayó, desplomándose por su lado izquierdo. Sus sesos mancharon mis calcetines blancos de algodón, su sangre mi camiseta.

Me agaché y le susurré, a modo de lección magistral mientras separaba el silenciador de mi pistola, "por la boca muere el pez; no hables si no se te pregunta; y ya que estamos... Hazte pasar por tonto si de verdad te crees muy listo."

Estaba pringado de sangre y sesos. No había problema. Ahora los entrenan bien, el taxista me esperaba a la salida de la cuarta calle, en un rincón poblado de sombra. "A dónde, señor". "Quiero darme un baño".

Y me dejó cuatro calles y media antes de la puerta de mi chalet. El servicio era una maravilla. El jefe sabía cómo mover los hilos. Era una persona increíble. Quemé la ropa y, del mismo modo que el recuerdo, el olor se quedó pegado a mí. Daba igual, estaba sudando así que preparé el agua fría.

1/16/2006

Mágica palabra, mézclate en mi sangre como la cerveza en mi estómago. Revienta en mis venas como la burbuja dorada del lúpulo fermentado. Riega de etanol mi cerebro y lava mis fallos. Maldito recuerdo, tienta al olvido constantemente en la frágil memoria. En el continuo paso del tiempo.

Impertérrito avanza, como la pesadilla que te desconcierta en la noche, sin temor de nada. Límpiame de esta absurdez. Me siento como Turgalas intentando dar explicaciones, absurdo; como una ameba procurando buscar un propósito a su conducta.

Luna blanca, que despuntas marfilada entre las nubes de la oscura garganta nocturna, vuélveme loco por completo. No me dejes a medio camino, intenta que me posea la rabia, que te imagine mujer y te desgarre la ropa.

Araña mi carne sangrando mi alma. Tristeza absoluta, mágica palabra.

Por soñar con lo prohibido he dado con la turbación esta mañana. Con el regusto agridulce en el corazón al palpar en latidos la certeza de lo delicioso del sueño y lo sórdido del despertar. Mis disculpas, mi Señora, por incomodarla. Le he dibujado los ojos, la boca y la nariz. He intentado, y logrado, sin esfuerzo, rellenar sus labios de alegría y de salvaje movimiento su lengua. Su rostro.

Disculpe por inventar lo suave de su piel y la redondez de su pecho; perdone por decorar su habitación, por hacerle pronunciar mi nombre entre jadeos. Le aseguro que aún ahora pago penitencia, la impuesta al despertar hallado en patetismo.Era un sueño, mi Señora, un producto impregnado de mí y salido de mi compañía de viajes particular. A pesar de todo, mis disculpas.

Negarlo sería abogar por la negación de la evidencia; me duele el orgullo por haberme equivocado, por lo que la oí decir y supe que pensaba. Me duele por lo que cree que creí y que sin duda intentaré convencerla de que está, usted mi Señora, equivocada. Ya veo, no le sorprende, ¿verdad?. No hay necesidad de ello.

Me duele, pero me sana el rostro en sonrisa porque no hay mejor revulsivo para el ridículo que reírse de uno mismo. Me quedan una infinidad de kilómetros hasta encontrarme; puede que tan solo a novecientos, mi Señora, se halle el amor de su vida y, quizás, a trescientos un buen amigo. Quizás.

Existe la posibilidad de considerar el detalle de mi vanidad, de odiarme por mi elevado concepto de mí mismo, seguramente. Agazapado entre dos extremos, sin ambición de nada más, se halla el detalle. El mismo, por ejemplo, del que hablaba en la línea anterior; el mismo que limita la locura, o genialidad, con lo mediocre.

Mis disculpas, ahora Caballero, por insinuarle que se acerca usted mucho a lo que yo siempre quise ser. Ya se lo dije, soy la antítesis de mí mismo, por supuesto, totalmente distinto a usted. Si hubiera que matizar, o detallar, diría que usted es ingeniero mientras que yo, ahora mismo, tiro más hacia poeta.

No lo saben, pero mi odio es mi motivación para amar; mi fracaso, el reto para seguir soñando; mis errores son un desafío para intentar hacer las cosas bien; la realidad representa, para mí, la fe en la fantasía.

Discúlpeme, Señor, por pedir disculpas pero me ha podido la emoción, la culpa, como muy bien dice, va íntimamente ligada al ego. Conoce mi opinión, no se basa en la existencia sino en la coexistencia; no se trata de convencer sino de transmitir.

Mis disculpas, mi Señora, Caballero.

Hace frío ahí fuera pero tengo que marchar. Pensaré en la Luna antes de dormir, justo después de leer. ¿Saben una cosa? Ayer dormí con una sonrisa en los labios. Ah, se me olvidaba, Caballero, decirle una última cosa. ¿Me lo presta un momento, mi Señora? Gracias. Verá, Señor mío, el tiempo no cura sino que solo cicatriza.

Y bien es cierto que las cicatrices no duelen donde tiempo ha hubo una herida sino que lo hacen en el pecho y el recuerdo. Pienso que son peores que los principios porque éstas, las cicatrices, no se pueden evitar y, una vez hechas, jamás caducan ni desaparecen. Es mi opinión, una óptica como usted dice, tan cierta como errónea.

Creo que ya lo he dicho todo, de camino a casa recordaré las cosas que he olvidado decir. Bueno, hasta pronto. Mi señora, Caballero...

1/11/2006

Tirita la tarde de frío. Un frío que, traicionero, se va abriendo paso desde los músculos hasta los tuétanos. Tengo sueño pero no puedo dormir. El roce de tu piel mantiene despierto algo en mí. Aferrado a ello, del mismo modo que un moribundo a la vida dispuesto a agarrarse a un clavo ardiendo antes que darse por vencido y caer en la delicada oscuridad, intento no pensar demasiado.

Creía que estabas despierta, sin embargo ese suspiro ingrávido que tímidamente ha escapado de tus labios me dice que duermes. Profundamente, en un sopor inabordable, en un sueño inocente donde ves que lo que te roza furtivamente son plumas de cisne, o de ángel, en lugar de mis manos ajadas y notablemente ásperas.

Embrujado por la maldición del ayer. Aún mantengo la esperanza. Temblaría de frío sino fuera porque estoy demasiado nervioso. Tu piel blancuzca desprende unos curiosos destellos de plata, la luna llena te baña con su luz perlada y a mí, por debajo de mi ombligo, me arde el amor y se levanta en apoteósico ritual mi deseo somnoliento.

Te noto tan cerca a mi lado. Mis latidos se han acoplado de forma perfecta a tu respiración, a tus pulsaciones, a los gemidos prohibidos arrancados desde tus entrañas. Pelando tu corazón, cambiando sus paredes de cemento y hierro por tela, me veo para hacerlo franqueable y que me dejes entrar. El aliento se torna blanco al salir de mi boca y juntarse con el aire; te envuelve en gaseosa escarcha.

Tan frágil y preciosa, tan perfecta que pareces inmortal; etérea... Necesito abrazarte para proteger tu carne del gélido lametazo del invierno, me inclinaré sobre tu anatomía para besarte los labios a pesar de que solo abrace aire y bese mi propia impotencia.

Deseo parar. No quiero manchar, y menos aún con mis manos, de lascivia este sueño. Ya no.

The mooost loneliest day in my liiife, the most loneliest day in my liiiife. Qué canción, joder. Qué canción. Lo cojonudo es que me alegra. No sé a qué clase de contradicción responde, pero la canción titulada Lonely Day, de System of a Down, me alegra. ¿Qué tiene? No lo sé. Quizás sea que todos alguna vez cada semana pensamos que un día es el más triste de nuestra vida.

No lo sé, de verdad. Pero me encanta. También me gusta, por cierto, observar que todo yo soy una piña. Mis yos ya no se llevan la contraria más que para jugar conmigo. Lo lamento, he perdido el hilo de la fama o la popularidad. Podría callarme, pero no me sale de los huevos... Ya sabéis, lo que más valoro es la sinceridad.

Sería fácil soltar el ladrillazo de mi vida, remangarme hasta los codos y ponerme a soltar una sintaxis tan bien elaborada que os entrara por los ojos, la saboreaséis con el seso y acabaráis por sonreír o llorar emocionados. Me gustaría ser ostentoso, pero para qué.. Tanto adorno y tanta historia...

Me encanta esta canción, es maravillosa. Y, después de todo, me gusta esto. Me gusta que me pidáis que actualice... Mi blog sigue siendo un rincón para perdidos de sí mismos, para crápulas borrachos de orgullo y olvidados de dignidad. Sin embargo ahora somos más. Soy mar y barco de mis tormentas, sol y cielo de mi calma. Y vosotros igual.

Joder, no voy a mentir. Ha cambiado mucho, incluso yo estoy cambiando y me da miedo porque estoy empezando a pensar que mi rayo de luz pueda creer que no me conoce... Y no sería cierto, puesto que es la única que en realidad, a pesar de que no siempre sabe lo que pienso, puede saber cómo me siento. Que detrás de mi sonrisa hay una melancolía latente, una lágrima viva deseosa de morir, suicida, entre mis labios.

No quiero cambiar en ese aspecto. Quiero continuar en este síndrome de Peter Pan asumido de una forma no críticamente implicativa. Yo qué sé, no sé qué podría decir pero si me callo no me explico cómo no digo nada de cuanto tengo. Esas jodidas contradicciones de las que hablaba antes. Cambiamos de canción, Vermilion Part 2. Slipknot.

Cambias, cambia el mundo o cambias tú y el mundo. A saber. Tantos nuevos principios, tanto olvido y todos esos conceptos deformados por una sociedad manipulada por su propia manipulabilidad (¿existirá este palabro?). Qué opulento juego de palabras, qué asco. Pero qué asco, además de verdad.

Aún así se ve gracioso... Lo veo así, curioso y gracioso. ¿Qué hago si no? ¿Llorar? El egocentrismo, esa enfermedad que todos padecemos y aún más cuando decimos que no, me está jodiendo. Pero no a mí por serlo, pues una vez lo admites no hay problema, sino por lo ajeno. El egocentrismo y un saco de ideas morales que antaño fueron dignas y hoy son excepcionales.

Ay Dios... Se confunden tantas cosas hoy. Fingir arrepentimiento para obtener un perdón con el cual demostrar lo falsa que es esa persona al perdonarte. Pero para qué hablar de los demás, si cada uno consideramos que nuestros problemas son los únicos y más importantes. Joder, pudiendo recurrir al victimismo de una forma gratuita. En principio, por cierto.

Creo que va siendo hora de despertar, de darme cuenta de que ni soy un genio ni poseo una mente privilegiada (pero no me importa ser impuntual). Y reconocer que si soy especial es por aquellos que me rodean y que no depende del esfuerzo que yo haga por serlo, y esto lo admito y lo reseño. Tengo que ir creyendo en los milagros.

A veces me encantaría que la Humanidad fuera sometida a juicio, para saber quién vale y quién no. De paso, para comprobar si la providencia existe o no es más que una especulación sobre lo sacro para obtener un beneficio tangible en lo terrenal. Para escribir sobre conspiraciones religiosas y logias letales que controlan nuestras mentes a través de cualquier tipo de medio subliminal con el que llenar nuestro subconsciente de deidades absolutas.

Y me encantaría ese juicio para comprobar que la idea que tengo de mí mismo, en mi lado más vil y concupiscible (me encanta esta palabra), es cierta. No sé, me preocupa mucho saber si soy especial, en serio, puede ser estúpido pero los humanos somos estúpidos y seguro que a todos, y digo todos, nos ronda tamaña aberración por nuestra cabecita. No hay necesidad alguna de mentir, y no se miente cuando a pesar de pensar en eso también somos humildes.

No sé qué mierda es esta, la verdad, en la que los hombres buscan una solución en la evasión. Tomando un placebo fundamental en una dieta de resignación con la que creemos que no somos culpables de nada y, por supuesto, tampoco héroes de algo. Pero no sé qué es peor, si eso o encender la mecha y echar patas porque no queremos que el ruido de la explosión nos ensordezca.

Estoy convencido de que ya va siendo hora de que yo despierte pero, joder, me apetece seguir soñando. Un rato, solo cinco minutos más. Aunque sé que cuando sueñe que soy feliz no querré despertar; del mismo modo que si sueño que descubro mis defectos no querré dormir más hasta que los haya corregido todos...

Bendita frivolidad.

1/05/2006

Poca originalidad, demasiado genio intentando ser imitado, poco genio a la vista y muchísimo genio callado. Muchos más son los que no son genios pero lo creen, tantos los que creen ser originales en un mundo que ya lo ha inventado todo.

Lo único que se reinventa cada día, al menos en este país, es la política pero como la política es arriesgada y bien cambiante para propios, mejor no pensar en los estragos que puede generar en los extraños. A saber, por ejemplo, yo mismo.

Solo Reverte por libre la satiriza y guionistas en grupo la ridiculizan. Pero no la comprenden, ni su madre la comprende de hecho así que la pobre ahí está, en manos de unos cuantos palurdos que la venden como no sé qué utensilio democrático para entendernos entre todos pero siendo aprovechada para matarnos y todo eso. Véase bombardeo indiscriminado o inspecciones legítimas de armas de destrucción masiva en países tan jodidamente escondidos que es difícil verlos en mapa y tanto más en satélite.

Curiosidades varias, un circo vamos. Pero como esto va de alardes culturales, consúltese el término conjunto y de moda autonomía nacional, voy a hablar de algo curioso que he encontrado por ahí sobre la ortografía. Un incordio para el zafio, un gusto para el pedante y una curiosidad para el hombre común. Y digo común porque no sé cómo se dice si "de apié" o " de a pie". Es que esto de la ortografía... Es curiosa, ¿no?

Bueno, pues como siempre hay gente que la considera un gusto y como siempre hay gente como yo que la considera una curiosidad me he dado a la investigación. Y he visto que un ser (ciberser, porque lo he visto en internet) se veía altamente deleitado con el gusto de la ortografía y nos asombraba con una sintaxis abominable y preciosa, inabarcable como el propio infinito, a través de la cual quería informar sobre su colección de normas otrográficas que había recopilado basándose en la RAE de 1999, concretamente de antes de la de Otoño de ese mismo año.

Dice que no la ha vuelto a revisar, es que la ortografía cambia tanto como la política, pero por suerte no cambian a la vez. La cosa es que aquel que le encontraba gusto a la ortografía dejó algo realmente curioso, algo típico del hombre común, que se basaba en lo siguiente. He de aclarar, primero, que el ciberser era alguien realmente culto y digno, ya que solo quería compartir su conocimiento, así que no jodáis y no os tiréis al cuello, pero cuando alguien entra a un desarrollo propio y personal sobre algo ajeno con una traducción sobre el génesis etimológico de la palabra clave, la pedantería abruma. Y ojo, no digo que sea mala persona ni mucho menos, solo pedante y bien formado, con organización y todo eso, pero un pedante coño, punto. Yo para él, si él me leyera, sería un envidioso.

En fin, ha dicho que la palabra ortografía viene del griego orto = correcto. La segunda parte no nos interesa. Solo quería hacer hincapié en el juego de palabras, porque estos griegos eran listos de cojones. Orto = Correcto; Mucho arte y mucha filosofía, pero eso de definir una palabra con un sinónimo siempre lo he visto de muy mal gusto, es como preguntar si eso es azul y contestar que no, que es del mismo color que el cielo... Vamos, solo un ejemplo.

Entonces qué, Correcto, basándonos en copiloto, vendrá del "lenguaje a elegir" Co = Al lado de" (Dentro del idioma, sí IDIOMA que ya puestos a pedir pedimos todos, aragonés mañicus zaragozanus hay que reseñar que "Co" puede ser considerado abreviatura de "Chicoooo!!" o simplemente como coletilla sin más. Olé maños, olé, con dos cojones) . Así que Orto = Al lado de/l recto. Si quitamos la "l" se jode el chiste pero en ese caso el escribir correctamente solo sería viable en superficies inalteradas e inalterables, y si mantenemos la "l" el chiste nos queda cojonudo.

El último párrafo era para explicar la gracia, debido a que hay demasiado genio en silencio y demasiado genio que no es genio pero que se lo cree. Si aún os queda alguna duda, sí, solo me apetecía escribir y como ahora no estoy para misticismos ni espiritualidades me limito a tocar un poco los cojones y de paso trato de cultivar mi mermada ironía escrita hasta que alcance el nivel revertiano.

No joder, hasta que no se conozca al humano el alma será incognoscible, así que para qué hablar de algo que no sabemos qué es con una raza que es extraña a cada uno de sus congéneres. Pues eso, lo dicho, que me ha encantado tocaros los huevos. Muchas gracias si habéis llegado hasta aquí, de corazón. Prometo seguir mejorando, hasta entonces...