1/03/2010

Llegó la hora de partir. Cambio de cueva, de aires, de sitio pero no de mundo. Podéis seguir mi rastro, me encontraréis en:

lifeinsun.wordpress.com

10/15/2009

Espero que me des la llave. Que el silbido del viento me revele dónde están las grietas en ese muro que me impide pasar, para reventarlo desde dentro, y llegar hasta ti. Que encuentres mi pecho y llores. Quiero tener un sol bajo mis ropas y mi piel con el que incendiar tu dolor y convertirlo en humo de colores.

Que sientas la magia de saber que de algún modo u otro todos tienen sus sueños, sus ideas y sus pensamientos.

Espero encontrar la cerradura, la cama tras la puerta, y a ti desnuda sobre las sábanas de la euforia. Ver una buena película en el cine, con suerte compartir un poco de maría, y que te sientas tan plena y feliz que no necesites recurrir al recuerdo para saber quién soy.

Que rías.

9/29/2009

¿Y esto para qué? ¿Para justificar lo injustificable? Véase otorgar más subvención al cine español... ¿Es que acaso el cine patrio está en una posición tan patética porque ha sido "cine de hombres"?

Seamos serios. La actual ministra de "cultura", González Sinde, estrenó no hace mucho una película cuyo guión corría de su cuenta. Evidentemente, y para variar, ha pasado la cinta sin pena ni gloria... Rectifico, con más pena que gloria. Sin embargo, ¿dónde están los millones? ¿dónde se anunció el estreno? ¿Para qué tanto dinero si luego el producto es, objetivamente, desde hace muchos años una auténtica basura?

Pero la industria nos culpará a nosotros; los autores también. Dirán que estamos poseídos y contaminados por la cultura americana y su hollywood, por las tendencias de otros países y, sobre y ante todo, por el desarraigo a nuestra España. Sin embargo yerran. El cine americano, el del resto de Europa, el asiático... Tiene mucha más variedad que lo comercial o lamentablemente folclórico (digamos que es más cosmopolita) y, sobre todo, no suele alienarse respecto a su origen.

Por contra, en España, gozamos de un folclore tan nocivo, tan irreal en algunos casos, que duele. Duele el hecho de que muchos se vanaglorien de ello, que crean que es nuestro dedo entintado que colocaremos en lo que será nuestra ficha. No lo veo claro, en absoluto.

No lo veo claro porque en España, ya no solo a nivel de gobierno, se ha perdido en muchos ámbitos (representativos de nuestro país) la objetividad y la autocrítica. Se prima la autocomplaciencia, a veces también el victimismo. ¿Debemos dejar que esta forma progrese? ¿Hay derecho a que se bombardee con esta estúpida lucha que llevan? ¿Debemos tragar, transigir, con una incompetencia tan descalibrada, pródiga en desmesura? Yo no veo más batalla de sexos que la que ellos están encendiendo. Ahora todos podemos hacer todo, si queremos. ¿Por qué hay que imponer, pues, en favor de unos u otros? ¿Por qué se confunde con tanta facilidad el camino? Si buscan igualdad, desde luego este no es el sendero para conseguirla. Sin más me parece una forma de "absurdizar" a la mujer. De absurdizarnos a todos, carajo.

Y ahora nos quieren joder con el cine, como si no lo hubiesen hecho la más patética puta del burdel. Cuando fue, no hace mucho, junto con el resto de arte nacional, un verdadero orgullo.

Hoy son productos, las películas nacionales, que parecen concebidos para gustar a los de fuera. Pero para gustarles desde un modo adulador y tristón, de acomodo absoluto. Buscando un dramatismo burdo, bajo, que dista mucho de reflejar los capítulos nacionales que nos rodean a diario. Mejor obviemos los títulos que se supusieron de crítica social (en supuesta clave de humor) a la juventud y el hediondo insulto titulado "Fuga de Cerebros" que aspiró a ser clon español de American Pie, película que, aunque no muy trascendental, al menos estaba bien hecha y, al menos, sus personajes no se avergonzaban de ellos mismos y trataban de ocultar los rasgos que los definían. Aunque, ojo, lo grave no es eso. Lo grave de Fuga de Cerebros es que se financió con dinero público y fue (o ha sido) la película más vista en no sé cuántos años en España. Esto demuestra el comatoso estado de nuestro cine. Los buenos directores y guionistas de aquí por algo vuelan fuera de estas tierras.

Pero eso parece no importar. ¿Qué más da que Almodóvar diga en una peli que si se muere Perico en el pueblo llevaremos luto todos durante cuatro días y las mujeres rezarán rosarios hasta la extenuación? Por falso que sea. Porque en los pueblos, otra asignatura pendiente de este gobierno, hace mucho que llegó también el Alzheimer, y el Parkinson, y las cuentas de los rosarios tintinean y despistan el rezo; y la sombra de la parca es mucho mayor que la del sol del nacimiento, en fin, me extiendo demasiado, pero en los pueblos de España saben qué es internet, y el móvil, y los abuelos saben vestir de domingo y de lunes de huerto. Y no pasa nada, que no se les caen los anillos. Que cada cual es lo que es, y no tiene que inventarse una realidad para disfrazarlo.

Pero lo que más me duele, sobre todo, es lo incongruente de todo este asunto.

Quieren demostrar que son la cumbre del progresismo, de lo liberal, de lo máximo, y sin embargo mienten en su fondo y en sus formas. Y en su superficie, ya que estamos. Porque separar entre sexos para dar más a unos que otros no es luchar por la igualdad. Porque poner el género en cada frase, distinguiendo de mujeres y hombres cuando todos somos lo mismo salvo por leves diferencias anatómicas (y amplias idiosincrásicas, vale, pero a esas no les dan la más mínima importancia, resulta irónico).

Ahora le toca al cine. Ahora hay que desviar la atención de los fracasos, hay que dirigirla a otras fuentes. Hablarán del cine de autor-A. Pero por mí que se lo metan todo entero por donde les quepa. El cine de este país está más perdido que las sandalias de Jesucristo, y en él han participado durante años tanto hombres como mujeres a partes iguales. Se ha tenido a todos en cuenta y, por mí, todos son culpables de este sangrante estado de abandono, de vampirismo y manos en cuenco para llenar el saco de los cobres.

Es sencillo. Que les den bien por el culo. Me parece de muy mal gusto y muy poca vergüenza hablar ahora de cine de mujer cuando ayer me enteré de que Leyre Pajín, secretaria de organización del Partido (pseudo)Socialista Español, cobra un salario del orden de los dieciochomil euritos al mes. Nada, nada, lo justo para pagarse el linimento que usará en su aterido hombro de tanto levantar el puño. No te jode.

Menos circo. Que ya huele.