2/10/2006

Sabes que sé que te debo unas palabras, un texto, un algo romántico, aunque sea sucio... Lo sabes, y aún así, y justo ahora, me dices que espere, que ahora vuelves... Mientras tanto veo esa gotita de sudor que te resbala por la piel, robando el aire de tu carne, esa carne que ansío mía, ese tacto que paliará la rugosidad de mi alma.

Curiosea con tu espalda, y se recrea en cada milímetro.. Es como si designase el camino que mi lengua perdida de locura habrá de recorrer para complacerte.. Te complaceré si hago lo que quieres, pero no soy dueño de mis actos.

Tengo toda la consciencia concentrada en ti, y mi humanidad se resume en el mismo lugar donde se concentra toda mi sangre, aprisionando mi raciocinio en apenas unos centímetros de ancho y otros pocos de largo.

Sabes que mi objetivo para ser libre no va más allá de quitarme el pantalón, prisionero de una prenda de tela, nunca me he sentido tan ridículo, ni tan si quiera cuando me sujetas a tu ritmo. Bien, me da igual, me pides que espere pero no puedo...

Veo cómo trepa el oxígeno codicioso del cuarto por tu pierna cobriza, estás desnuda, y se cuela por todo tu cuerpo, no tienes escondites para él, y eso me hace ponerme celoso. Entra una luz de plata por la ventana, me dibuja una sombra azul y una silueta blanca.

No quiero sábanas, por no querer no quiero ni colchón a pesar de que haga falta, lo único que mancha este momento es que sea de noche, porque mi olfato pierde detalles, mi lengua los acapara y mi memoria sin ojos es pájaro sin primavera.

El fuego de tu interior me arde en las manos, creo que no puedo evitarlo, necesito fundirme en ti necesito que te quemes con mi hielo. Somos opuestos, solo nos iguala el sudor, nos separan los nervios.

Este ritmo mortal acabará por secarme los huevos, no quiero parar... En tu boca he visto palabras que quiero tragarme con tu saliva, en tus ojos he visto promesas que quiero llevarme con mis besos. En tu cuerpo veo el corazón que dará vida al mío y color verde a mis venas y rojo a mis entrañas.

Puede que no seas real, pero tú haces que yo deje de ser una mera fantasía. Ven a mí, te quiero.

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