2/14/2006

Se han derramado las arenas del tiempo, un arcón de lágrimas ha dejado ver cómo caía su contenido sobre el cielo infinito colmando de estrellas la noche de tus piernas. Mi alma rota busca en secreta compañía la unión prohibida que tiene en confidencia, nunca creyó en mí, yo le confié que estaba enamorado de ella.

Mi ego absorto en absurdez y borracho de ridículo me contempla con una sonrisa en mi cara afeitada, asegurando mi estupidez apostando alto, todo, a una carta. He entrevistado la rabia discreta, con intención de hacer daño, vestida de broma transparente, con enaguas de resentimiento y rencor abstracto, sin nada sobre qué fundamentarse, con todo en lo que descargar.

Esa frase afilada revestida de veneno primigenio de serpiente astuta, letal y enfadada, aún juguetea con mi saliva mezclándose con el sabor de este chicle de menta. Tres por un texto, uno para tres. Una mente endiablada, un niño exorcizado. Un loco que despunta y emerge, como el sol de la mañana, de la selva de su cordura.

No hay comentarios: