4/26/2006

Mariposas de xenon respiran en los tanques de helio. El cráneo de Phlip. K. Dick está custodiado por ellas, al igual que las manos de Asimov.

La voz suena como el borbotear del hierro fundido en la fragua y el genio capturado analíticamente, en un recogedor de esencias, de Röetgen sintetiza pensamientos con rayos X. Inconscientemente se definen insectos metálicos y de vez en cuando un androide revela sus sueños ovinos y eléctricos.

Más allá, el instinto de conservación es tan fuerte que se rompe el primer principio y los humanos nos vemos prisioneros. De vez en cuando alguno de ellos dice que somos demasiado listos pero eso no quita que la ironía sea mucho mayor y que la paradoja influya a promover un atentado contra la autoconsciencia.

Después de todo somos nosotros los que nos quedamos dentro observando cómo las mariposas de xenon respiran en los tanques de helio y conservan las reliquias en formol, como marca la tradición, de los padres de su hegemonía.

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