4/18/2006

El mundo se ha roto. Horribles criaturas emergen de los avernos. Su obscenidad contagia al mundo entero y el mundo entero se entrega a la libidinosidad y la sucia bendición del sexo.

El olor a hormona trepa por las paredes de este planeta y se alarga hasta el cielo, perforándolo sutilmente, con lentitud y asegurada parsimonia, de la misma manera con la que se perfora un himen virginal.

Apenas sé si existe una de las palabras que he escrito anteriormente, libidinosidad por ejemplo, pero la música altera un ser extraño en mí y alegra mi sangre y sonríe mi rostro sin saber muy bien por qué y de repente... No te rayes, hombre.

Que no me rayo, que solo reflexiono, y deberíais ver cómo se caen las estrellas desde el infinito hasta la tierra, y cómo las nubes lloran y la luna se acerca. Pensaba que cuando esto ocurriera todo sería oscuro sin embargo hay más luz de la que nunca antes había visto.

Algo ha despertado... El mundo se ha roto y el infierno convive con el paraíso... Y en medio nosotros, follando como bestias, obsequiados con un espectáculo diario y eterno.

Obsesión? Quizás.. Locura? No, la locura es para los genios. Solo es afición, joder, no siempre hay un por qué.

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