12/21/2005

Hace demasiado frío y no tengo tiempo para que me quieras. Lo mejor será que bebamos esto y lo usemos como catalizador de los sentimientos. Nos emborrachamos un poco, o te emborrachas tú, o prescindimos del alcohol y nos contamos mentiras que suenen a verdad.

Tengo las manos moradas, el agua está congelada pero me hierve la sangre, igual que a ti. Igual que a todos. Es indifierente que seas un pesimista con tendencia a la autolesión, un pesimista con tendencia al suicidio o un pesimista ajeno al propio pesimismo.

Puede que seas una aférrima optimista y defensora del positivismo. Pero es que no hay tiempo. Apenas podemos mantener el equilibrio de pie, así que por qué no nos vamos a tu cama, o a la mía, o al suelo, al césped la playa...

Si total da lo mismo, ahí fuera hay un mundo al margen de nosotros, hemos transcendido de nuestra propia consciencia y ahora mismo somos creadores y habitantes de nuestro propio Universo. A nadie le importa qué haga yo, ni qué haces tú y mucho menos lo que hagamos juntos.

Soñaría contigo y me arrepentiría por haberlo hecho, solo mientras duermo, y al despertar me jodería darme cuenta de que no ha sido real. No sé qué tienes, pero desde que que te vi, hace ya un año, tengo unas ganas de follarte que ni te lo imaginas.

A ti, que eres mi compañera de las clases de lenguaje y literatura, y a ti también a pesar de los kilómetros. Qué más da, todo el mundo da rienda suelta a la inmoralidad y se excusan diciendo que es sinceridad. Una mierda, eso no se lo creen ni ellos mismos pero el resto parece que sí.

Así que diré que soy sincero y la gente creerá que estoy tomándome un día libre, moralmente hablando, y quedaré justificado. No les importa qué haga ni me importa qué hacen. No veo el problema. Si fuera pecado pensar así seguramente Dios lo habría prohibido. Nada de libre albedrío y tonterías de ese estilo que adoptan los sacerdotes catequistas y sacerdotes sin más cuando se ven superados por las cuestiones de su propia fe.

Quiero follaros a las dos, después ya habrá tiempo para que os enamoréis de mí o yo me enamore de vosotras, pero la vida es cuestión de prioridades y de momento esto es lo que hay.

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