12/29/2005

- De verdad, no entiendo por qué te molesta tanto. Solo es un juego.

- Porque nadie juega limpio, es una mierda.

- Si no fuera así, no tendría emoción.

- No quiero emoción, quiero estar tranquilo.

- La única forma de estar tranquilo es acabar de jugar a su debido tiempo. Pero quién sabe, igual si interrumpes la partida tengas suerte.

- Está bien, qué me propones.

- Ahí tienes la ventana.

- ¿No me deseas suerte?

- No tengo deseos para un cobarde. Salta.

- Espera, quiero saber qué pasará ahora.

- No lo sé, nadie vuelve del sitio al que te diriges. Sea tranquilo o no, ya agotaron su última jugada y no hay marcha atrás.

- Pero es que... No puedo más...

- Entonces ya sabes qué has de hacer. Salta de una vez, !vamos¡

- Hasta la vista.

- Dime dónde tienes todo. Yo sigo jugando.

- Ahí, debajo de la cama. ¿No te preocupa lo que vaya a pasar ahora?

- Ya me has demostrado lo que vales. Lo que pudiera procuparme ya no es más que una lejana ilusión.

- Voy a saltar.

- Adiós.

No hay comentarios: