Volverás antes de que pueda darme cuenta. Volverás con tu color a iluminar mis sonrisas, y de la nada de mis horas muertas construirás imperios de fe revivida. Ahuyentarás el frío azul, traerás resurrección a las líneas crepusculares de mis ojos.
Los olores de los que vendrás preñada alegrarán mi nariz, y al inspirar cerraré las ventanas bajo mis cejas. Dejándome llevar a otro lugar.
Volverás, y vas a hacerlo pronto. Porque apenas queda ya nada, unas cuantas vueltas de reloj, ni siquiera páginas en un calendario. Siempre te pueden las ansias de llegar a mí, te espero con anhelo, te espero enloqueciendo.
Estás volviendo ya, primavera mía. Tú, tú estás volviendo ya. No has llegado aún, pero te siento por dentro y por fuera. Tú, tú estás volviendo ya. Mientras te espero escribiendo, mi cuello se prepara para dejarse morder.
Los olores de los que vendrás preñada alegrarán mi nariz, y al inspirar cerraré las ventanas bajo mis cejas. Dejándome llevar a otro lugar.
Volverás, y vas a hacerlo pronto. Porque apenas queda ya nada, unas cuantas vueltas de reloj, ni siquiera páginas en un calendario. Siempre te pueden las ansias de llegar a mí, te espero con anhelo, te espero enloqueciendo.
Estás volviendo ya, primavera mía. Tú, tú estás volviendo ya. No has llegado aún, pero te siento por dentro y por fuera. Tú, tú estás volviendo ya. Mientras te espero escribiendo, mi cuello se prepara para dejarse morder.
1 comentario:
Pues muy bonito Rubbens. En especial la última frase. La verdad es que es dificil hacer que la prosa lírica no suene a falsete con el lenguaje que usamos hoy día, y tu has conseguido que no sea así.
Un saludo,
Pedro.
Pd: La segunda posdata se refería a un comentario anterior tuyo en mi blog. Perdona que no me pasase antes, ni más a menudo, pero estoy escribiendo y leyendo mucho. Vamos que vivo rápido :)
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