3/01/2008

Mis manos saben que no es aire lo que tocan. Mis labios reconocen el bálsamo que humedece sus palabras. Ya no están cortados. Mi nariz sabe que no es el aroma de la ciudad. Mis pulmones quieren respirar entre su pelo.

Y desnuda, sobre el suelo levemente vestido con una bata con más años que historias, es preciosa, más con la boca entreabierta. Los ojos quieren cazarlo todo. La veo trepar por mis pupilas.

El cuerpo pálido, la timidez marchando. Sé que es esto lo que he estado esperando. Escucharla mover el aire al ritmo del vaivén en el que se columpian los deseos. Con fuego en la carne. No hace frío en el trastero.

1 comentario:

Soñadora Empedernida dijo...

Corregido está, pero no se le suba a usted la idea de realizar mi trabajo.



Y mira que el suelo estaba helado. Pero no, no hace frío.
=)