2/07/2008

Aunque sean los meses de los poetas no me puedo pasar la vida entre Mayo y Abril, hay que encarar Enero, superar un Febrero febril. Porque si se vive, sin vivir, los meses que tocan pensando en los que han de venir, se pierden matices, detalles del devenir.

Busca, si quieres, en Junio las noches a cuerpo descubierto, de cielo en plenilunio, que en menos de cuatro estarás, ya, triste por el amarillo Agosto, mientras tus horas caminen en Julio. Y en las tardes del octavo del año verás, sin poderlo evitar, las mañanas frescas y pálidas de un Septiembre cobrizo y ansioso en llegar, pero perezoso y gris en el marchar.

Tendrá que sacarlo Octubre, pero en Noviembre te hallarás, amando secretamente de Diciembre el traspasar. Busca todo eso, en el orden que más te haya de gustar, mas si lo haces de este modo, mucho dejarás de degustar.

Porque del último al primero, largas las noches son. Bravo el viento de Enero, y el frío sin compasión. Te harán pensar en Abril, y desear vivir en Mayo, todo de nuevo otra vez, queriendo que lleguen las noches antes de que cante el gallo.

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