12/01/2007

Hace mucho, mucho tiempo, que no pasas por mi cama. Echo de menos el contraste de tu piel con la oscuridad de mi habitación, la calidez de tu presencia en el frescor de mis sábanas y cómo iluminas, de plata, mis sueños.

He visto a aquellos a los que dar un paso les cuesta el esfuerzo de una vida, y los he visto no dejar de andar. Quiero ser como ellos, como esos que dar un paso les supone dolor físico y una lucha interior pero que, pese a ello, no se rinden. Los he visto pasear, y no desisten.

He escuchado a aquellos que para hablar han de tomarse un tiempo que apenas saben qué significa ni cómo se mide, ni qué implica en su transcurrir. Y los he visto no condenarse al silencio. Los he visto reír, en sus bocas y en sus ojos.

He tropezado con algunos que no parecieron recibir afecto o cariño, y he contemplado cómo todo de lo que carecieron lo entregan sin complejo a quien quieren, a una hija apenas recién nacida, a un amigo... He contemplado cómo universos de amor se expandían más allá del individuo que los contenía. Entonces me he sentido volar desde adentro, y me he visto sonreír.

Sé que apenas he visto nada, que he escuchado poco y conozco que tengo mucho que conocer. También creo saber que todos ellos tienen, o tuvieron, sueños como los que yo ahora y, seguramente, también te cantaron, o lloraron, en noches o días de nostalgia. Yo te he cantado, te canto, aún no te he llorado, y ahora te echo de menos.

Pásate cuando quieras, entre las ropas de mi cama siempre te esperará desnuda mi alma. Pero no tardes mucho, por favor, Luna.

1 comentario:

Soñadora Empedernida dijo...

Estoy segura que no dejará que la eches mucho de menos.

Precioso, sin duda. Se me hace difícil hasta definir la sensación que me ha transmitido.




Me encanta la palabra nostalgia. Suena a gris y me gusta.


Buena inauguración de Diciembre.
=)