11/27/2007

La melodía de la canción que me enseñaste sigue llenando el aire que rodea mis oídos. No puedo hacer otra cosa que amarla. La voz rasgada que implora sueño, y descanso, me recuerda que yo también lo necesito. No obstante, puedo fundirme de nuevo en cuadros que enmarcan atardeceres naranjas y sentir la hora mágica en la que este mundo y el otro se rozan, intercambiando sensaciones y la impresión de un día más.

Me siento en el acantilado de mi consciencia y me cuelgan las piernas. Bajo las plantas de mis pies solo el vacío, y un agua cristalina que refleja mil lunas de plata, hermosísimas todas, pero hay una que destaca. A mi alrededor se extiende el mundo que las palabras que he invocado han construido para mí, para rendirme un tributo que no creo merecer. Esas palabras que escribí para otros, para otras, para vivos y muertos. Esas palabras que escribo y estoy escribiendo para ti.

Pensaba que había agotado la esencia, tenía miedo de haber exprimido demasiado el fruto que alimenta mi alma y calma mis desasosiegos. Pero solo era cansancio, y un poco de impaciencia para que se fuera esa sensación. Y se marcha, se marcha sin más porque ellas vienen a mí. Las amo tanto... ¿Qué haría yo sin ellas? Tan solo un día y mi interior se agitaba incompleto, ya ves cómo soy, ya sabes lo que soy.

A veces pienso en por qué me eligieron también a mí, y las siento responder que agradecieron que las escuchase. Ahora me siento pleno de nuevo, he creado, creé y creo... Continuamente, creo. Núcleos de emociones, núcleos vibrantes de visceralidad y humanismo que son, al mismo tiempo, estables y espirituales. En el medio no sé qué hay, solo sé que ambos extremos conviven. Ya no coexisten, conviven y me proporcionan el cobijo que tanto anhelo. A mí, y a mis sueños.

Puedo mirar tras la ventana, y debo hacerlo... No veo muros. Quiero hacerlo. Impulsos indefinibles se preparan en mi estómago y suben a una velocidad que ridiculiza al vértigo, escalando por el lugar en el que se anudan la euforia, el llanto, la risa que duele cuando es mucha y sincera... Sí, por ahí escala, y clava sus zarpas pero no duele, no duele... Enardece.

Me siento caminar como por un sueño, será por eso que floto en esta realidad... Mis piernas cuelgan y se balancean contra el vacío, el aire está constituido de versos y la luna que más destacaba acaba de ponerse a mi lado para cogerme la mano.

Será por eso que siento como que floto... Será por eso...

No hay comentarios: