5/18/2006

Quiero liberar mi estómago mientras dibujo tu rostro con palabras, mientras las letras bailen al son de tu danza, al ritmo cadencioso e imperturbable de tu pulso temblarán las voces de mi garganta. Dando color a tu piel, dando pigmentos a tu alma.

Sobre papel dibujaré tu esbozo inconcluso que terminaré con trazos difuminados de sentimientos confusos y de magia que altera mi calma. Te dibujaré con palabras y, puntuando con sonrisas a cada pausa, llenaré de color tus ojos y tus miradas de mi cuerpo desnudo, de mi espíritu infantil y tímido.

Y cuando termine observaré lo que ahora observo y veo que despierta algo en mis adentros que seguramente sea miedo. Tal vez euforia, pero en tu sonrisa veo una confidencia que no revelaré por temor a perderla. Sin embargo es tan espléndida que me resulta imposible callarla.

Todo esto plantea un dilema. Debo dejar que no se sepa y permanecer furtivo a la espera del segundo en el que nos encontremos o, quizás, debiera no intentar esconderme entre este mar de palabras con las que quisiera darte la forma perfecta para que fueras mía.

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