5/07/2006

Después de una ingeniosa literaturización y de la aproximación existencial al misterio de la vida y de vivir, observas que existe alguien que te añora, o te anhela, o te echa de menos y te quiere. Al margen de pertenecer a la raza más cruel e irrespetuosa, de ser miembro de la protagonización de la barbarie, aún puedes sentir.

Y me avergüenzo de ser humano por la brutalidad inherente a esta condición... Pero aún puedo escribir palabras y dibujar sentimientos en paredes blancas, en sonrisas amarillas o en ojos de salitre transparente.

Somos la oscilación de la maravilla a la vergüenza. Somos humanos, salvajismo, sangre, e inteligencia; sueños, ilusión e indiferencia.

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