10/10/2007

Porque te juro que lo intento. Necesito que me acojas en tus brazos y limpies los pecados que manchan la piel que me cubre. No puedo guardar más las distancias... ¿Sí? No lo sé, por eso quiero volver, volver a la legitimidad de donde pertenezco y encontrarte.

Buscaré tus manos para que arrastres el mal que, creo, se ha ido adhiriendo a mi carne; buscaré tus silencios para educar mis palabras y tus ojos para hablarte con mi mirada. Quiero hallar tus oídos, para verter en ellos las confesiones terribles que me ahogan, que me asfixian, que me hacen sentir incontrolable.

Descubro pozos de miseria y socavo el alma de algunas personas. Asumo mi culpa, pero deseo que me redimas. Del modo que sea, pues eres tú quien lee más que las palabras cuando te enfrentas a las páginas profanadas por mi tinta, por mi mente. Ambos sabemos que la culpa no es mía, ambos sabemos que no hay culpa.

Pero entonces, ¿por qué anhleo tanto tus uñas? Que te aprietes contra mí. Y aunque no nos amásemos con la carne podamos hacerlo en una comprensión tácita. Deseo que sea feliz como hasta ahora; deseo ser la criatura que obedezca tus requerimientos y alivie tu sufrimiento. Deseo que ella tampoco sufra.

Quiero estar solo y al mismo tiempo a tu lado. Que me guíes, que me ayudes. Que confíes en mí para no volver a interferir. Que me duermas con un beso, que sigas queriendo y no pudiendo acabar de dibujar mi nariz.

Quiero que nos queramos sin ser esclavos el uno del otro. Quiero ofrecerte una parte de mi alma sin que intentes apoderarte de mis secretos. Quiero lo mismo, pero a la inversa.

Para seguir siendo, así, tan libre como creo que soy.

1 comentario:

Soñadora Empedernida dijo...

Encontrarás.

Sí.
Porque esos ojos que mencionas aún guardan resquicios de esos otros. Porque aquellas uñas siguen esperando a recorrer la línea de esas ojeras.

Las mejillas permanecen encendidas, esperando tal vez a que la llama se avive con sensaciones que se repiten.


Palabras.
A ver si podemos compartirlas de una santa vez.

Encontrarás. Y espero encontrar yo ese abrazo devuelto.


Besos, escritor. Besos.