4/02/2007

Ya no llueve. El cielo cobra un color metálico, de amarillo pálido y gris azulado. Las nubes parecen carne mórbida, y solo crecen hacia arriba, ya no son las portadoras del llanto de los dioses. Ya no llueve.

Ahora en la calle solo queda el suelo empapado de luz tenue y el color apagado de los edificios y los coches y los rostros de las personas acompañan el húmedo florecer de los árboles en este abril recién nacido.

Hace frío, un frío extraño a sí mismo, un frío consciente de que debe ir yéndose, de que su tiempo aquí ha expirado. Es el escenario perfecto para hablar con mi alma igual que Hamlet dialogó con la calavera, cara a cara. Mirada a mirada. Pero mi alma vive. Por eso es el escenario perfecto, porque con todo este gris, con el ambiente mustio y calmado podemos infundir color a nuestro mundo.

La percepción de nuestro entorno se altera conforme decidimos hacerlo por ello queremos cambiarlo, elegimos alterarlo y hablamos de cómo hacerlo... De vez en cuando siento que espíritus perdidos deambulan a mi alrededor. Y me despierto, mientras sueño que hablo de Dios, como si me cayera de la cama solo que en realidad caigo contra mí mismo, vuelvo al mundo, al mundo de todos y justo después al mío.

Al mirar el reloj veo que es la hora del infierno, del inframundo de azufre y sal. De llanto y rencor. Lo enfrento, miro hacia mí mismo y sigo siendo yo el continente de Hades, no importa porque lo he vencido. Lo he vencido más veces, me he vencido en anteriores ocasiones. En estas horas de muerte pienso en vida, porque si vives puedes.

Entonces ya no hay que temer a los venenos que se quieren inyectar en tu cuerpo y tu sangre mediante los colmillos de la serpiente atroz y hambrienta. La serpiente se funde con uno mismo y es en ese preciso instante cuando eres luminosidad y oscuridad; bien y mal.

El pequeño ángel de luz que habita en las sombras... El joven dios de la muerte que guiará a las almas perdidas cuando por fin encuentre del todo a la suya... A la que ya ha cogido cálidamente de la mano, con ternura, y espera abrazarla con verdadera ansia de vida y calor.

2 comentarios:

Soñadora Empedernida dijo...

Sigo quedándome maravillada ante lo que sacas de tu cabecita.
Me gustaría que publicaras una entrada por minuto, pero ya que eso lo veo poco probable, cuento con archivos pasados de tu blog para saciar mi sed.

Ya te dije ayer que te admirada [soy Elena, si te acuerdas de mí^^] y aún te querías hacer el humilde y todo. Nah, eres un crack.

Seguiré leyéndote si mi conexión me lo permite.

Un beso, Rubén!

Rubbens dijo...

Pero cómo no me voy a acordar ^^ La memoria de un día para otro... Me funciona mien de momento.

Lee cuanto quieras, el honor es mío :)