12/06/2006

Hace días que llevo rumiando el mismo pensamiento. Y tú lo sabes. Sin embargo no sé qué ocurre pero no me atrevo a llevarlo a cabo, tal vez sea miedo. Ayer dije que lo haría si soñaba contigo, y así ha sido. Esta noche. Me he sentido muy descansado al despertar.

No puedo seguir tus pasos . Ya no. Tras esa línea que separa lo real de lo irreal no hay nada para mí, al menos no por ahora. Besaré tu recuerdo, mas no tus mejillas. Veré tu sonrisa, pero no te veré sonreír.

La fría piedra que selló tu retorno congeló mis sentidos y el bloqueo de mis sentimientos ya llega a preocuparme. No sé cómo es posible que no tenga palabras para ti, ni para esto. Sé que te echaré de menos.

Lo único que puedo desearte es que te vaya muy bien en el viaje que hace una semana emprendiste, cuando llevaste a cabo tu última decisión, si acaso es que se puede tomar partido en una determinación semejante.

Hoy hace siete días que volviste a los montes que pisaré con las suelas de mis zapatos, con las plantas de los pies y mi alma por completo. Siete días que volviste a la tierra de la que saliste, al lugar que te vio nacer.

Recorreré de nuevo la senda desde la que sentí cómo nos despedías, con un beso etéreo, soñado, irreal pero existente. Para mí existió. Volveré la vista a los caminos que hace años recorriste en tu juventud, antes de conocerme y cerrando los ojos pensaré que si aprieto fuerte los párpados e inspiro con suficiente valor podré llegar a verte sonreír una vez más, o andar con ese porte de anciano sin prisa.

Cualquier árbol me recuerda tu actual hogar; cualquier camino fue tu camino; todos los pasos son tus pasos y cualquier rostro tu rostro. Ahora estás en todas partes al mismo tiempo que en ninguna. A apenas cincuenta metros de mí el portal del que te vi salir por última vez.

Llévame en tu recuerdo, que yo mantengo tu memoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé como lo haces, pero lo haces.
Escribes de una manera especial, nunca antes había sentido algo así al leer algo.

Gracias por escribir así, de alguien que siempre estará en nuestra memoria.
BESOS.

Anónimo dijo...

Tus palabras me recuerdan a esa celebre frase "vuela como una mariposa , pica como una avispa", tu forma de escribir es como la pincelada de los grandes pintores, trazos rapidos y cortos que parecen no dibujar nada y que sin embargo fueron el origen de eternas obras de arte.
Ahora cuando miro a los montes y respiro hondo perdiendo mi vista en lo profundo de esos valles creo ver lo que tu ves.Él esta allí.
Cuando recorro con mi bici esos caminos no voy simplemente en bici, voy a a encontrarme con él, y me reconforta.Cuanto mas me adentro y mas alto subo, más lo siento conmigo.Cuando los arboles me atrapan en el fondo del camino se que él me está abrazando.
Bsos primo.