6/13/2006

En algún lugar donde el mundo no sea mundo sino sueño intermitente, el viento en su rumor te hará llegar mi letanía. Allá donde el tedio atroz se desmorone en remolinos de tormenta y deje mis huesos a medio roer con los tuétanos de cara al agua del olvido.

Será en un relámpago fugaz donde recuerde tu ser, mi ser aunque no contigo y en ese destello efímero regurgitaré los fluidos de mi cuerpo que adornan la imposibilidad de la consumación al sentimiento con impoluto carmesí de romanticismo.

Estallaré en ceniza dentro de tu mente mas en mi corazón a cada pulso emergerá del torrente de mis venas la ilusión que me rodea. Tal vez cuando te encuentre, de nuevo, vestida de sonrisa inocente, se borren los horarios de mi supervivencia.

Cae el sol de mediodía con aplomo y la nostalgia lame la piedra de mi esencia incorruptible, buscando alguna señal de la providencia para no confesar aún mi ciega creencia, para no sortear al azar la aparante vulnerabilidad de mi fortaleza.

Sin embargo emana la voluntad de mis adentros y aunque la melancolía embiste no quiero, ni puedo, evitar el suspiro que lleva tu nombre a mi presencia, a mi recuerdo, a lo que, por un momento, creí nuestra única existencia.

Puede ser que no exista ese lugar donde el mundo no es mundo, en ese caso seré yo mismo el portavoz de mi desesperación contenida y te haré saber lo que comprendo al verte mientras duermo mas no lo haré con un rumor sino con saliva.

El tiempo apremia mas la vida queda, lloverá de mi piel el sudor de mi trabajo, la sed y el hambre de mi fuerza.

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