10/28/2005

Y dicen que perdió las ganas de soñar. Y le decían que de qué le servía dormir si no podía soñar. Y contestó que se asemejaba lo suficiente a estar muerto. Y por eso quería dormir y no soñar. Se prohibió la vida.

También dicen que se condenó sin que nadie lo hubiera juzgado. Corren historias de que asumió la culpa de pecados que nada tenían que ver con su persona. Se dice que eso fue a causa de su vanidad y que para neutralizar sus efectos buscó penitencia.

Se sabe que buscó tanto y en tantos lugares, en tanta soledad, que a punto estuvo de volverse loco. Dicen que un día volvió y visitó aquella tumba. Una tumba vacía que él creía que llenó con su particular pecado.

Existen rumores acerca de que creyó haber logrado lo que buscaba...

Sin embargo su existencia se basaba en la cobardía, pues no quería estar muerto pero le atemorizaba vivir; no quería soñar porque le daba miedo no cumplir sus sueños y acabar decepcionado. Su alma y su persona sabían que el único error que cometió fue no querer luchar y levantarse de nuevo.

Al final sí se volvió loco. Acabó muerto de verdad. Cuando lo encontraron bañado en sangre, sobre su cama, sonriendo y con el surco de una lágrima desde su ojo izquierdo hasta la barbilla, dicen que vieron una nota escrita en un papel arrugado dentro de su mano.

Dicen que ahí ponía que pedía perdón por lo que hizo, y que suplicaba una nueva oportunidad por lo que no se atrevió a hacer. Todos supieron entonces que a pesar de las ganas que tuvo de hacerlo, nunca logró dejar de soñar.

Lo vieron en su risa absurda, la risa de un loco en el momento crítico de lucidez antes de asumir en qué se había convertido, antes de asumir que ya era tarde. Lo vieron en el surco de esa lágrima, donde quedó impreso el rastro de una vida ansiosa de recuerdos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Un tesoro? Ojalá tuvieras razón... Tú sí que eres un tesoro... Gracias por escucharme. Siempre me haces ver la otra cara del problema. De verdad, me sirve de mucho hablar contigo.
Bueno, cambiando de tema... Yo no veo tan raro lo que has escrito. Al contrario, me ha gustado. Será que yo también soy un poco rara... Jeje...
Venga guapo, un beso.