Tú te vas a buscar la paz con el padre y yo mientras me quedo con la sangre de mi sangre agarrada del brazo, llorando lo mismo que yo estoy a punto de liberar, cuando la presión donde se unen nariz y frente sea inaguantable.
Tú te vas a buscar la paz con el padre que se fue hace tiempo, y yo me quedo a punto de llorar, con mi hermana arrasada y un remolino que me aleja de todo, lentificando mi corazón y acentuando su pulso de campana de réquiem.
Tú te vas y espero que vayas feliz y tranquila, que tu alivio sea en proporción a nuestro sufrimiento... Y me pregunto qué hacer con la sangre hermana, mientras llora apretada a mí, sin consuelo alguno y con dudas y culpa dirigadas a la par hacia la imagen de Dios.
Tú te vas y yo, cuando despierto, veo en las nubes el rostro de un lobo que me mira, jadeante y al tiempo con una sonrisa.
Tú te vas a buscar la paz con el padre que se fue hace tiempo, y yo me quedo a punto de llorar, con mi hermana arrasada y un remolino que me aleja de todo, lentificando mi corazón y acentuando su pulso de campana de réquiem.
Tú te vas y espero que vayas feliz y tranquila, que tu alivio sea en proporción a nuestro sufrimiento... Y me pregunto qué hacer con la sangre hermana, mientras llora apretada a mí, sin consuelo alguno y con dudas y culpa dirigadas a la par hacia la imagen de Dios.
Tú te vas y yo, cuando despierto, veo en las nubes el rostro de un lobo que me mira, jadeante y al tiempo con una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario