9/16/2008

Lo hago por sentirme diferente, ni mejor ni peor, solo distinto. Por intentar escapar y poder decir que, joder, no todo es lo mismo, hay un resquicio para cada cual que quiera encontrarlo. Y solo para aquel que de verdad lo busque.

Hago todo esto para sentirme, en cierto modo, el gran rey y dios de mi propio mundo, de los orbes de ansiedad, pasión, rabia, cólera... que gravitan en torno a mí, y que muevo con las manos.

No tiene nada más, nada que ver con la gloria de ser de muchos sino con el previlegio de ser de mí mismo y de algunos pocos, unos pocos que sepan comprender todos mis defectos, que no se sientan decepcionados con mis errores. Unos pocos que sepan no tenerme miedo cuando más silencioso y turbio me encuentro.

Tus ojos; por tu mirada sobre esas finas líneas de ónice, tal vez por ella y por ellos. Por acercarme un poco más a ti y atraerte un poquico a este ciclón.

Para ser solo yo en ti, y dejarme caer hacia un vacío ingrávido donde poder esperar o lanzarme a la carrera. Adonde sea, porque los sueños se siguen pero no tienen pista.

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