9/21/2007

El futuro, infiel consejero que me depara un destino aciago. Contaminado en mis entrañas sigo en pie de guerra. Mi alma por un lado, mi mente sentada en los peldaños de la escalera. Me busco, me busco a mí mismo en una soledad instructiva pero ingrata. Limpio mi veneno de inseguridades, las dudas se alejan mientras mis dos mitades se unen.

Poco a poco soy uno y no hay victoria, ni tregua. Solo paz. Una paz exquisita que me besa con dulzura la piel quemada por el sol y las lágrimas. Ya veo el sol, noto cómo la ponzoña se marcha. El ser oscuro de frío y negrura se torna gris, poco a poco lo veo y lo escucho llorar. "Por qué lloras..." Se siente ahora él más solo de lo que me sentía yo cuando me poseyó en sus carcajadas.

Reías cuando yo lloraba. "Lo sé", replica, y no puedo ahuyentarlo sino que le tiendo la mano. Ven a mí, te lo ruego, pues somos lo mismo; pedazos que en solitario no son más que la constatación de nuestra disparidad y lo inútil. Inútiles los unos sin los otros. Un puzle macabro. Me pregunta si le perdono y le respondo que sí. "Aún lloras..." "¿Y tú?"

Yo sobre mis mejillas, él sobre mi espalda. "Abrázame", pide entre sollozos. Me fundo con el ser de sombra y al separarnos comprendo que soy yo quien sangra. "¡Estoy sangrando! ¡Me fundo en escarlata!" He creído que se mofaba pero es deseperación lo que transmiten sus gestos hacia mi consciencia. De repente se calma y murmura: "Yo también". No debemos temer, siento al descomponerme.

Entonces veo el temor diluirse en un vapor blanco, blanco, no gris; el frío se hace calidez y la polución que nos consumía se torna pureza y frescor. De esa guerra he salido yo, siendo muchos, siendo uno. "¿He esquivado al destino o el destino quería que lo soslayase? Nunca lo sabré, mas un tesoro he encontrado en las ruinas". No confíes tus secretos al tiempo venidero ni charles demasiado con tus fantasmas, estandartes del pasado, seres de tiempo convertido en ceniza; si lo haces, prepárate para la batalla.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

:) tan genial como siempre, una pena que llegaras tarde...

Soñadora Empedernida dijo...

'Una paz exquisita que me besa con dulzura la piel quemada por el sol y las lágrimas.'

Suelto un buf.
De índole estremecedora.


Te mereces esas flores, escritor. Al menos tienes un ramo mío por cada texto de final fascinante.
Ahora imagina lo que diría cada tarjeta de esas flores.

¿Sí?
Estaría divertido.


Un beso!

Rubbens dijo...

Ahhhh, ya lo entiendo Anna... Tu comentario, claro. Sí, me hubiera gustado competir en ese duelo, pero he llegado tarde.

Es el duelo de mi soñadora empedernida y de otro ser que aún no conozco.

···

Demasiadas flores. Amiga mía. Y mi imaginación... Es fuente de terror para lo ajeno... Sobre todo para las ajenas. :)

Dicen que doy miedo. ^^

Soñadora Empedernida dijo...

Lo das.
¿Y qué si lo das?


Hasta tú mismo dices que tu imaginación es fuente de terror.



Demasiado miedo, escritor mío.

Anónimo dijo...

Durante un breve período de tiempo, he sido mero espectador anónimo.

Hasta hoy, hasta ahora.

Sin llegar a inmiscuirme... Paso fugazmente. Y le doy a tu talento el adjetivo que merece.

Magnífico.

Anónimo dijo...

Gracias, Coubert... No me lo esperaba.

¿Tú también escribes?

Gracias a mis comentadores por leer. :)