5/30/2007

- ¿Qué ocurre? - Inquirió con una sonrisa - .

- Mmm... - El chico parecía indeciso, no sabía cómo decir lo que le rondaba la cabeza - . Es que... No sé, parece todo tan irreal... - Acabó soltando, con la mirada fija en su entorno, tocando de vez en cuando el aire que lo rodeaba -.

- Lo sé, yo también lo siento así. Me alivia saber que no soy el único. - El anciano seguía sonriendo, con el rostro alegre, lleno de jovialidad y calma -. Llevo bastante tiempo aquí, y creo que tú has sido el único que ha reparado en ello.

- Ajá. Y qué hacemos, porque no me gusta que aparezcan esas ondas cuando intento pasar de aquí. Es como si una barrera invisible me impidiera el paso y al intentar traspasarla se comportase como la superficie de un lago, con la diferencia de que el agua se puede traspasar. - Parecía triste, frustrado y confuso, sobre todo confuso - .

- Podemos mirar, ya que por ahora no podemos llegar a ese otro lado.

- Pero es que ayer vi algo que... - El niño se conmovió, parecía que algo pujara por salir de sus adentros, de lo más interno de sí mismo- .

El anciano alegre sonrió de nuevo y le dijo:

- Hace tiempo yo también vi algo como lo que dices tú, solo que no era algo, sino alguien. De igual manera que tú me quedé aquí tiempo y tiempo, sin apartarme jamás de la barrera, de este límite. De lo que llaman frontera... - Con la mirada perdida más allá de lo que al otro lado de la barrera se podía ver el anciano surcó los mares de su memoria, parecía esquivar aguas de tormenta que amenazaban con deslizarse sobre sus mejillas -.

- Ah... Y qué hiciste. - Preguntó casi sollozando el chico -.

- Esperar, tener paciencia, calma... Y desear que pasase al otro lado tanto tiempo como fuese posible, pues en este podemos permanecer tanto como queramos. - El joven pareció entender - .

- Y yo... Me gustaría hacer algo más.

- Protégela... Desea que sea feliz. - Repuso el anciano con contundencia, pero sin perder la sonrisa - .

- Pero... Quiero tocarla, abrazarla... Estar como ayer... - En sus labios se fundió un destello líquido que cayó desde sus ojos - .

- Ámala como la amaste ahí. No puedo decirte nada más... Solo que tengas cuidado pues la barrera que te impide el paso no hace así con tus emociones y sentimientos. Vamos, dame la mano, aún puedes hacer algo más aquí, en este lugar que ahora es el tuyo.

- No me gusta este sitio... Lo veo tan gris... Tan difuso, tan irreal... Nada es como antes, como al otro lado de la barrera. - Empezaba a asumir cuál era su lugar ahora, aunque parecía no conformarse solo con ello, necesitaba consuelo, una esperanza. Algo más a lo que aferrarse - .

- Eso es porque no te has acostumbrado aún... Crees que estás como los del otro lado pero en realidad... - Se fue su sonrisa, el anciano dejó de sonreír y deseó haberse mordido la lengua a tiempo- .

El chico se volvió, miró de nuevo, deseó verla, la vio y lo entendió todo. Rompió a llorar al tiempo que una mujer algo más joven que el anciano llegaba y le rodeaba el cuello con sus manos cálidas. Después besó al anciano y miró a los ojos de éste.

Nunca sería capaz de ver, sin llorar, cómo un joven de unos veinte años se daba cuenta de que pertenecía a este lado y no al otro; de que no podría volver sino esperar; de que ya no vivía, de que había muerto donde a los que veía todavía respiraban.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me alegro de que estés vivo y de que seas tan majo de comentarme, pero... eh... creo que me he perdido un episodio, a qué venía eso? :S :S :S :S :S :S

en fin, cuando puedas responde y a ver cuando podemos hablar (K)