8/21/2008

Aquí no hay imágenes, tan solo las que sea capaz de dibujar con todas las líneas que acudan a mis dedos. Aquí solo hay un tapiz blanco y moldeable, lleno de tiempo y sueños, donde cada cual podrá dejarse caer entre las sílabas de cada renglón, e ilusionarse con aquello que pueda encontrar que le toque el corazón.

Aquí es mayor la sensación de vacío, pero me siento mucho más seguro. Es cierto, tengo menos inquilinos, pero la fuerza que me invade siempre que retorno a este lugar es cuando menos imparable. Hace tres años que nació este lugar, y yo he ido de la mano con él.

Por su parte él me ha visto renacer, teclear torrentes de sensaciones que bien podrían llamarse amor; me ha visto dar pulsaciones a cada lágrima; también sonreír al dar despedidas casi eternas, y me ha recibido compartiendo mi júbilo cuando quedaba demostrado que esas despedidas no lo eran. Aunque solo fuera en sueños.

He de reconocer que se ha perdido una gran parte de mí. Ella lo sabe, y yo lo sé, aunque algo queda. Queda en los que se dejaron caer, en los que pasaron por ahí, en los que algún día volverán a ese otro lugar y dirán que ellos también tuvieron su oportunidad en ese sitio, que lo vieron vivo, compartiendo mis alas.

Ahora mismo me queda mi cerveza, los secretos que dejo aquí, casi evidentes, y una ligera puntita de tristeza. No merece la pena retornar a quien te silencia, y yo sé que debo quedarme aquí. En esta extraña, agridulce, soledad.

Mientras pienso que nunca había sentido tanto poder al ponerme tu anillo en mi dedo meñique, y que he escuchado a mi pecho recibir con anhelo la estrella celta que me regalaste. Aquí estamos todos estos millones de palabras y yo. Todo yo, que soy una tormenta.

Así que a quien se pierda y llegue... Bienvenido.

1 comentario:

Soñadora Empedernida dijo...

Y yo te me meto sin paraguas, porque no me gustan y porque soy así de chunga.




Te quedan muchos mundos que construir y dar a conocer.



Te quiero. ^^